El Pensamiento Racional es aquel que:
Es verificable.
Es consistente con la realidad.
Está apoyado sobre datos.
No es absolutista, es un deseo, se materializa en expresiones como "me gustaría...", "preferiría..."
No se plantea en términos de necesidad.
Produce emociones de moderada/baja intensidad y poca duración, en consonancia y proporción al acontecimiento activador.
Ayuda a conseguir las metas.
Es facilitador de la acción.
En cambio, el Pensamiento Automático o Distorsionado es aquel que:
Está guiado por etiquetas y juicios de valor.
Produce emociones más intensas y desajustadas, y de mayor duración respecto de la situación/acontecimiento activador.
Es un mensaje específico y discreto.
Se materializa en una o más palabras sencillas y/o una imagen visual breve, que sirve de encabezado de un conjunto de recuerdos sobre experiencias pasadas negativas, sobre miedos, verbalizaciones penalizantes exageradas y distorsionadas.
Es un pensamiento que extradimensiona las consecuencias negativas de ese acontecimiento/situación.
A pesar de todo, es creíble y no se cuestiona, ni al propio pensamiento ni a sus implicaciones y consecuencias.
Suele incluir valoraciones acompañadas de palabras como: Horrible, terrible, insoportable, todo, nada, siempre, nunca, tengo que, debo de ...
Equipo DPsico
Fuentes:
Ellis, Albert; Grieger, Russell (2008). Manual de Terapia Racional-Emotiva. 10° Edición. Ed. Desclée de Brower.
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