¿QUÉ ES EL MIEDO?
Es una emoción básica, como reacción ante un peligro real o imaginado.
Cualquier cosa puede provocar miedo en una determinada persona.
¿PARA QUÉ SIRVE?
Gracias a sentir miedo probablemente seguimos existiendo como especie, pues nos hace “reaccionar "y escapar eficazmente de cualquier peligro inminente.
Si no sintiéramos miedo al cruzar por un paso de cebra en el que vemos como un coche se salta el semáforo y viene hacia nosotros, tendríamos muchas posibilidades de no poder vivir para contarlo; sino lo sintiéramos de vuelta a casa de noche cuando notamos que alguien nos persigue, ante un animal salvaje suelto, presenciando un atraco, ante un incendio, etc, el desenlace sería igualmente dramático. Por tanto, el miedo en buenas dosis, nos lleva a proteger y protegernos, a ponernos a salvo y reaccionar.
¿CUÁNDO EMPIEZAN LOS PROBLEMAS?
Al igual que con otras emociones, cuando fallan los mecanismos reguladores.
En el otro extremo de la acción que produce el miedo, está la inmovilización, el quedarnos paralizados. Cuando la emoción nos controla, nos bloquea y nos deja fuera de juego, nos ponemos en peligro.
Asimismo, cuando la respuesta de miedo es desproporcionada con respecto al estímulo que lo produce, o en anticipación a algo que puede que no llegue ni a ocurrir, hablamos también de complicaciones con esta emoción. En ocasiones los miedos vienen de situaciones pasadas y se activan ante su recuerdo, impidiéndonos avanzar.
En estos casos, el miedo nos paraliza, nos bloquea emocionalmente y nos dificulta disfrutar de la vida.
Todos tenemos miedos, más o menos reconocidos, que pueden limitar más o menos nuestro día a día.
Es una emoción que está detrás de gran variedad de trastornos psicológicos: fobias, TOC, trastornos de ansiedad, pánico, etc.
Identificar, conectar con nuestros miedos y trabajarlos, nos permitirá avanzar y seguir afrontando las dificultades que nos vayamos encontrando.